Educar en la alimentación y la nutrición
La infancia y la adolescencia son etapas de la vida idóneas para aprender a comer de forma saludable. Para conseguirlo es necesaria la intervención de padres, educadores y profesionales de la salud en el proceso educativo.
Esta obra ofrece elementos de análisis que permiten la identificación de malos hábitos alimentarios y de situaciones de trastornos de la alimentación en jóvenes y adolescentes.
La obra se divide en 4 grandes apartados. En todos ellos se exponen casos paradigmáticos, que siguen la siguiente estructura:
Se explican ciertas actitudes, características y situaciones referidas a hábitos alimentarios, tipos de alimentación, propiedades de los alimentos, etc., y la necesidad de adoptar unos buenos hábitos alimentarios desde la adolescencia para evitar posibles problemas de salud en la edad adulta.
- Análisis del caso planteado
Se analizan casos y actitudes relacionados con el planteamiento expuesto. Se muestran ejemplos de malos hábitos alimentarios y situaciones de posible riesgo para la salud, analizando cada uno de los casos, señalando los comportamientos y actitudes negativas y advirtiendo de los posibles problemas de salud que comportan estos hábitos nocivos.
- Propuestas de actuación
En cada uno de los casos analizados se ofrecen pautas y propuestas de actuación para ayudar a los jóvenes y adolescentes a aprender y adoptar unos buenos hábitos alimentarios, concienciándolos de los riesgos que corren si no llevan una alimentación sana y equilibrada.
Los 4 grandes apartados en los que se divide la obra son los siguientes:
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Es muy importante la educación alimentaria, para evitar problemas nutricionales y corregir ideas equivocadas que giran alrededor de la alimentación y de los ideales de imagen corporal. En esta etapa, los chicos y chicas son fácilmente influenciables por los amigos y los medios de comunicación en diversos aspectos de su vida, entre los que está la alimentación.
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La alimentación está ligada a factores culturales y medioambientales, a religiones y creencias. Así, cada cultura ha desarrollado una forma propia de alimentarse, de tal manera que el mundo de la alimentación es un rico mosaico de formas y maneras.
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La adolescencia es una época óptima para realizar deporte, ya que el desarrollo corporal favorece las aptitudes para llevarlo a cabo, por ello debe adaptarse la alimentación del adolescente deportista a los horarios y ritmo de entreno y tener en cuenta otras actividades del día, considerando las características personales.
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La prevención de la mayoría de las enfermedades crónicas más frecuentes en nuestro entorno empieza por unos hábitos de vida saludables, entre los cuales debe destacarse la alimentación. Los factores de motivación que encontramos en la gente joven para cambiar los hábitos alimentarios suelen ir ligados a la imagen corporal y la estética. En este caso los patrones alimentarios que siguen, a menudo fruto de una mala información, podrían ser factores de riesgo de enfermedades graves, como trastornos del comportamiento alimentario.
Para una buena educación alimentaria las normas enseñadas desde la escuela deben llevarse a cabo en casa, por tanto sería necesaria una colaboración entre padres y profesores.
La realización se plantea con escenas desarrolladas por actores profesionales, cuya claridad provoca un debate entre los usuarios de este material.
La presentación consiste en un libro con esquemas y pautas de orientación, así como 4 DVD de más de 2 horas de duración total.