Se introduce la ecuación de Dirac como una ecuación relativista para el átomo de hidrogeno en un intento de explicar la estructura fina e hiperfina del espectro de dicho átomo.
En ella aparece el espín de una manera natural y no ad-hoc.
Las soluciones de dicha ecuación para la energía llevaron a Dirac a postular la existencia de antipartículas, concretamente del positrón o electrón positivo. Pocos años más tarde Anderson detectó dicha partícula corroborando la teoría de Dirac.
Obra a la que pertenece: