No todos los niños nacen con la misma capacidad emocional,
sin embargo a diferencia de las aptitudes intelectuales, las aptitudes
emocionales son susceptibles de aprenderse. Ésta es una asignatura
que no se enseña en los colegios y no por ello deja de ser básica para
el desarrollo de los niños.
El propio conocimiento, la habilidad para manejar y
controlar nuestras emociones y sintonizar con las de los demás es lo que
nos permite sacar el máximo rendimiento de nuestra inteligencia. La empatía,
el saber ganarse las simpatías de los demás, aprender a relacionarse,
constituye un pilar esencial para alcanzar el éxito.
¿Cuál es el hecho diferencial que hace que dos niños con el mismo nivel
intelectual no obtengan los mismos resultados? ¿Cómo es posible que uno
triunfe y otro fracase? La clave está en el desarrollo emocional.
Una situación habitual que nos permite ilustrar este punto es el bloqueo
emocional que sufren muchos niños cuando se quedan en blanco ante las
preguntas del profesor por culpa de no saber controlar su ansiedad. Esta
situación suele provocar, además, un fuerte sentimiento de inseguridad
y disminuye la autoestima.
En este libro se exponen las claves para prevenir toda esta problemática,
ayudando también a los padres a comprender el desarrollo emocional de
sus hijos, proporcionándoles las pautas que les solucionarán las situaciones
más conflictivas.
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