La consideración filosófica de los fenómenos económicos se ha
hecho con frecuencia desde posiciones teóricas muy ajenas a la vida del
hombre de negocios; a veces fueron la antipatía y el recelo los hilos
que guiaron esa reflexión. El resultado ha sido la incomprensión intelectual
de la vida económica y las continuas denuncias de inmoralidad dirigida
contra ella.
Este libro quiere ser una alternativa a esos tópicos negativos;
una apología de la vida económica, en su natural tendencia a la cooperación,
al intercambio solidario y a la justicia social. A pesar de las evidentes
excepciones a esta tesis, se sostiene aquí que la bondad es el fundamento
mismo de la actividad económica y no un añadido que hubiese que confiar,
por ejemplo, a la tutela ética del Estado.
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